Como morir en el intento
Es sábado y como de costumbre ella se encontrará con su novio en la estación de subte Leandro N. Alem. Camina deprisa desde su casa mientras se coloca la campera que al salir tenía a medio poner. Debe estar allí a las cinco en punto y son cuatro y cuarto. La ansiedad por estar sentada en el subte le es fatal de modo que cada cuadra que le queda por recorrer se le hace interminable, como cuando lees algo aburrido y queres llegar hasta la última palabra de la oración solo para terminarla, le fastidia. Intenta caminar lo más rápido que puede, pero su cabeza va más rápido que sus piernas, como si caminara con ella. Mira el restaurante de la esquina, el que siempre está lleno de gente, pero al que ella no le gusta y no entiende el porqué de su éxito; el tan solo ver la grasa impregnada en el piso y el olor a fritura que sale desde la cocina le desagrada. Pero entonces recuerda que su novio quería ir allí, y solo para hacerlo feliz, como una buena novia, le daría el gusto. Seguramente le...